El presidente Donald Trump llegó este martes a Puerto Rico,para ayudar a los que salieron afectados por el huracán María, pero parece que no le fue nada bien.

Primero, dijo a los puertorriqueños que deberían estar “orgullosos” de que hubieran muerto menos personas que con el huracán Katrina.

En 2005, el huracán Katrina mató a más de 1.800 personas en el área de Nueva Orleans. El 20 de septiembre, el huracán María dejó 16 muertos en Puerto Rico, según la última cifra conocida.

Luego, en una iglesia en Guaynabo, el mandatario empezó a lanzar papel toalla a los damnificados.

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El mandatario recorrió con su esposa Melania esa zona de clase media y alta, menos devastada que el centro y sur del país, donde la gente clama desesperada por agua, alimentos y atención médica.

Casi dos semanas después de que el huracán María azotara Puerto Rico, solo 6,89% de la isla tiene electricidad, 22,54% de las torres de telecomunicaciones funcionan, 24% de los vuelos comerciales operan, en tanto persisten los problemas de distribución de agua y gasolina en medio de enormes daños a la infraestructura.

Más de 9.000 personas aún viven en refugios, según cifras oficiales.